Gufi es una banda fantasma. Tiene dos súper hits, grupos de fans y un contrato multinacional, pero su disco no existe. Una banda punk creada por hijos de gringos misioneros bautistas, que se sobrepuso al asesinato de su baterista y logró popularidad gracias a los mp3. Punk adolescente para la generación MSN.
Por Juan Carlos Ramírez (3 de marzo de 2006, Zona de Contacto)
Fines de 2003. Sintonizas una radio lola y te topas con unos guitarrazos tipo Blink 182 o Green Day, El coro te engancha con la historia de un tipo que extraña a su novia suicida “Por ella”-, y luego con la de “Paul”, un adolescente compulsivamente onanista. La misma canción que este año fue portada de LUN cuando Tronic la versionó en el patio del Verbo Divino, ante el espanto de los profesores. Pero nadie podía asegurar que Gufy, quienes grabaron los temas que suenan insistentemente en las radios lolas, existiera: no había disco, ni entrevistas ni fotos de sus integrantes. Entonces los crecientes fans tenían varias alternativas y muchos rumores:
1. Son un invento.
2. Es el proyecto paralelo de Koko Stambuck. O sea, un invento.
3. Son una banda de monitos animados tipo Gorillaz.
4. No existen.
5. Me contaron que son argentinos.
Tim Pichetti (25 años, voz y guitarra, sosteniendo el contrato en la foto), sonríe sabiendo que esto tendrá que aclararlo mil veces. Y como en las pelis, dice que es una larga historia. Y él, un superviviente.
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