
El sistema educativo chileno es el más caro del mundo. Los jóvenes del país trasandino llevan varias semanas en una lucha por tener un sistema educativo gratuito, que se ha convertido en una causa popular. En el medio, la represión policial y un adolescente muerto. Esta semana, el gobierno se reunió con los estudiantes y éstos… vuelven al paro.
Por J.C. Ramírez Figueroa desde Santiago de Chile
Cae la nieve sobre Santiago por primera vez en cuatro años. Es el 18 de agosto y colegiales, apoderados, universitarios y profesores marchan por La Alameda. El frío, las parkas, los paraguas y gigantescos muñecos con la cara del presidente Sebastián Piñera, carteles y gritos como “Señora, señor, me voy a resfriar para que sus hijos puedan estudiar”, mientras todo se transforma en lluvia. “Esta es la verdadera marcha de los pingüinos”, dice alguien en alusión al primer levantamiento estudiantil en serio ocurrido en 2006, durante el mandato de Michelle Bachelet, la anterior presidenta chilena. “No, es la marcha de los paraguas.” Los carros policiales miran todo a prudente distancia. Estaba fresco el recuerdo de los enfrentamientos y las bombas lacrimógenas. También la adrenalina mezclada con miedo de los manifestantes al ver a un policía a caballo, corriendo y dispuesto a tumbarlos al suelo. O un golpe en la espalda. O el agua con mierda que se lanza para dispersar a los manifestantes.
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