Por J.C. Ramírez Figueroa
Un desequilibrio cósmico. Así define al amor el filósofo Slavoj ZIzek, en un delirante monólogo que puede chequearse en youtube. El universo, para él, es un vacío donde “por un terrible error” las cosas comienzan a surgir espontáneamente. Y dentro de esta cadena de errores que perturbarían el cosmos, dos personas que se aman serían el extremo. “El amor es un acto extremadamente violento. Amar no es un “los amo a todos”. Amar es seleccionar algo. Y ahí está de nuevo, la estructura del desequilibrio”.
Esta tesis, que alerta sobre la imposibilidad de un amor universal, no debería sorprendernos. En un contexto donde la academia ignora la temática afectiva, lo de Zizek es una provocación a repensar eso que ocurre cuando dos personas que se gustan pasan de los dichos a los hechos. Especialmente ahora, con una industria del entretenimiento que ha estandarizado y estereotipado las formas de mostrar el fenómeno amoroso tanto en las comedias románticas como los realitys pasando por el incipiente mercado de internet: webcams, redes sociales, sitios para vender los objetos que te dejó la ex pareja.
Si quieres acceder al texto completo, puedes revisar mi perfil de Academia.edu o escribirme directamente a jcramirezfigueroa [arroba] gmail.com