Por J.C. Ramírez Figueroa
Por estos días, Roberto Ampuero divide su agenda entre sus labores de escritor y embajador de Chile en México. Con éxito en ambas ocupaciones.
Random House reeditará este mes, en su colección Debolsillo, gran parte de sus obras, renovando también el arte de tapa gracias al trabajo de la ilustradora italiana Anna Parini, colaboradora del “New York Times”, “La Stampa” y el “Washington Post”, entre otros. Se trata de “El caso Neruda”, “Cita en el Azul Profundo”, “Halcones de la noche” y “Quien mató a Cristián Kustermann”, todas acompañadas de la frase “Un caso de Cayetano Brulé”. También, reaparece “Nuestros años verde olivo”, acompañado en portada por los elogios del Premio Nobel, Mario Vargas Llosa: “Hace tiempo un libro no me absorbía y emocionaba tanto”. El próximo año deberían relanzarse dos obras más, además de la nueva novela protagonizada por el detective Brulé.
Todo esto le sucede a Ampuero cuando su reciente novela “El último tango de Salvador Allende” ha estado 30 semanas en el ranking de los libros más vendidos de Chile, 20 de ellas en primer lugar (“pese al pirateo”, señala) y es destacado, como el best seller que es, en las librerías de ciudades como Buenos Aires o el DF mexicano.
Una novela que, según él mismo sintetiza, “se explora, en clave de ficción, el lado íntimo, doméstico de los últimos meses del ex Presidente”
-Usted es de los escritores más leídos de Chile en el extranjero…
-Es un honor ser uno de los escritores chilenos más leídos en Chile y el extranjero. Me siento afortunado. Agradezco enormemente a los lectores: sin ellos mis libros existirían sólo en mis gavetas, serían aspiraciones no realizadas. Los novelistas escribimos para ser leídos, no para la gaveta.
-Literariamente, ¿hay alguna clave o punto destacable que haya potenciado esa universalidad?
-Creo que, para tener lectores en tres continentes, desde Chile a Alemania, o de Estados Unidos a China, hay una sola clave: que la historia que se cuenta esté bien contada. La mejor idea, mal narrada, no concita lectores. Los novelistas escribimos siempre novelas a medias, la otra mitad, la definitiva, la que queda y palpita en la sociedad, la escriben los lectores con su lectura. Una novela sin lectores simplemente no existe. Al final, el cartón de escritor te lo confieren los lectores.
-¿Y cómo evalúa la acogida de “El último tango de Salvador Allende” después de su lanzamiento?
-Ha sido extraordinaria la recepción transversal de la novela. Especialmente en un país donde todo el mundo tiene opinión -favorable o crítica-sobre Salvador.
Feria de Guadalajara 2012: “No utilizaré asiento alguno de escritor chileno”
Este año, Chile es el país invitado de honor en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que se inaugurará el 24 de noviembre y donde participarán una delegación de más de 70 escritores nacionales, además de músicos, actores y representantes de la cultura y la edición.
-¿Participará activamente con la delegación chilena en la FIL?
-No. No integro la delegación chilena de escritores. Al asumir como embajador, le comuniqué a nuestro ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, que, para separar aguas y evitar suspicacias, yo acompañaré exclusivamente como embajador la nutrida delegación de colegas.
-¿Por qué?
-No quiero que nadie diga que el embajador de Chile en México utilizó su puesto para sumarse a una delegación de escritores que va a México.
De todas formas, su editorial organizará una presentación de “El último tango de Salvador Allende”. “A la novela le está yendo muy bien en México. En tres semanas agotó su primera edición, la crítica ha sido positiva y lo mismo el interés de la prensa, la radio y la TV mexicanas”, explica.
Será un diálogo con el importante historiador mexicano, Enrique Krauze. “Mi presentación literaria en la FIL no le costará un peso al fisco chileno y no utilizaré asiento alguno de escritor chileno”, asegura.
-Como embajador y autor, ¿qué hitos marcara esta presencia cultural de nuestro país en el evento?
-La FIL es la segunda feria del libro más importante del planeta. Y la actual es la delegación más grande de escritores chilenos de nuestra historia. En la FIL de 1999, cuando Chile también fue invitado de honor, acudieron alrededor de 15 escritores a Guadalajara. Hoy van cerca de 70. Es, al mismo tiempo, la delegación más diversa que se haya formado, lo que habla del criterio amplio con que el CNCA escogió escritores. La feria es una oportunidad única para que los artistas se proyecten en México y en el ámbito editorial internacional. Supongo que muchos aprovecharán esta oportunidad única para traspasar fronteras, lograr su internacionalización y establecer contactos con el riquísimo mundo cultural mexicano. Es una gran oportunidad para los escritores chilenos; dependerá de cada cual cómo la aproveche.
-¿En qué proyecto se encuentra actualmente?
-El próximo año aparece la séptima novela de Cayetano Brulé, que entregué antes de asumir en México. Además, en el escaso tiempo que me queda ahora para la creación literaria, anoto las reflexiones de un escritor y embajador que ha vivido en varios sistemas políticos. Sospecho que será a la larga un libro, pues mi estadía en México ha sido una de las experiencias más ricas e intensas de mi vida.
-¿De qué forma dialoga el Allende de su novela con el Chile actual?
-Desde una dimensión ética, la del sueño de construir un Chile equitativo, desde su aspiración a instalar un sistema de fuerte estatismo, y desde su suicidio en La Moneda en llamas, en un país fracturado y en profunda crisis económica. Su soledad final y muerte en La Moneda nos impactan, marcan y nos hacen reflexionar como nación. Allende nos habla también desde sus errores. Hoy coincidimos en que nadie debe proponerse transformar radicalmente una sociedad con 36% de los votos. Esa convicción, transversal hoy entre demócratas, nos permitió construir en 22 años un país democrático, próspero y perfectible, que tiene muchas tareas pendientes pero que despierta admiración en el extranjero.
-En el último tiempo han surgido narradores como Baradit o Bisama que también exploran nuestro pasado reciente. ¿Qué le parecen sus enfoques?
-Destacable. La novela vive de la libertad y la creación individual. La novela es una búsqueda exclusivamente personal que, en ciertos casos, resulta original y encuentra lectores.