El ídolo argentino llegará el 17 de mayo al Movistar Arena con una banda nueva, integrada por músicos de Spinetta y Fito Paez. Su repertorio incluye todos sus hits. Además, anuncia “Bohemio”, un disco que promete ser “emocionante”, pero “sin pose rockera”. “Las canciones las escribí hacia los márgenes de lo permitido y la moral”.
Por J.C. Ramírez Figueroa
Después de su último show en Chicago, Estados Unidos, en octubre de 2011, Andrés Calamaro (51) se encerró a escribir canciones y experimentar en su miniestudio de grabación. Nada de recitales o entrevistas.
Tal como lo hizo entre 1998 y 2000, donde tras extensas jornadas de composición editó un disco doble (“Honestidad brutal”) y otro quíntuple (“El salmón”).
La pieza donde, se dice, que compuso y grabó más de mil canciones la bautizó como Deep Camboya -un guiño a “Apocalipsis ahora”, una de sus obsesiones- y donde todos los que entraban se iban con un CD con decenas de temas inéditos de regalo. Algunos fueron filtrados a internet en mp3 por él mismo.
Ahora, aunque cueste creerlo, el músico argentino redobló la apuesta. Primero se creó un twitter nuevo con un nick casi anónimo (@Barksdale666). Luego, con el mismo bajo perfil, se abrió una cuenta de Soundclud (soundcloud.com/a-k-25) y comenzó a regalar, una vez más pero por stream , sus canciones.
Su prolificidad es escalofriante: Ya tiene 1.960 piezas online , separadas en “discos” o “colecciones” donde, además de rapear o experimentar con el ruidismo o la electrónica, ha compuesto interesantes mashups , donde mezcla en una sola canción a Nas, Motorhead, Bob Marley, Jack Kerouak, Piazzola, Los Beatles o Metallica.
Y si bien la atención publica estuvo más centrada en sus “provocaciones” por twitter (como inventar el asesinato de un hombre o subir la foto de su ex novia desnuda), Calamaro es, básicamente, un hombre trabajólico.
Para demostrarlo, armó una nueva banda, se encerró en la sala de ensayos y decidió volver a las carreteras con su gira Tour Bohemio 2013, que llegará a Chile el 17 de mayo, al Movistar Arena. Las entradas van desde los $18.000 (tribuna) a los $90.400 (diamante) en Puntoticket.
Allí promete incluir sus clásicos -desde “Loco” y “Flaca” hasta “Estadio Azteca” y posiblemente algún adelanto- y en versiones renovadas. Su banda está compuesta por ex músicos de Fito Paez y Luis Alberto Spinetta: Julián Kanevsky y Baltasar Comotto en guitarras, Mariano Domínguez en bajo, Sergio Verdinelli en batería y German Wiedemer en teclados. También estrenará canciones nuevas.
Para potenciar este largo tour continental, Calamaro también acaba de abrirse una cuenta en Facebook (Andres-Calamaro-AK), aunque admite “no entender mucho” estas nuevas formas de socializar.
“No vivo consciente de la importancia de mi legado”
Anoche fue el primer show de la gira en el Teatro Municipal de Olavarría, Provincia de Buenos Aires. El puntapié inicial de una gira donde el cantante retoma el formato clásico eléctrico y rockero. El mismo menciona a Led Zeppelin como influencia. “Inventaron el rock tal y como lo conocemos, siempre dinámico y poderoso”. Además de Argentina y Santiago, el tour se extenderá hasta octubre, pasando por Colombia, Ecuador, México y Perú.
-Sabemos que en estos shows reversionarás tus antiguos hits. ¿Habrá nuevos ritmos o jugarás con la voz como Bob Dylan?
-¡Oh! Es imposible tocar una canción dos veces idéntica. Ni las orquestas clásicas con partituras lo hacen. Hay muchas decisiones permanentes, cuestiones estéticas y expresivas. Todas ellas forman la expresión artística humana.
-En tus últimas giras, Chile se ha vuelto un destino. ¿Qué te interesa de nuestro país?
-Cuando estoy de gira soy un soldado. No salgo demasiado de mi búnker… Estoy pendiente de las dos horas del concierto. Quizás en otra época estaba pendiente de generarme 24 horas seguidas de descontrol.
-¿Cómo te llevas con tu legado?
-Me agrada mucho pensar que también estoy cantando para el continente. Y me siento bendito. Aunque el romance haya sido tardío. Pero no vivo consciente de la importancia de mi legado, si es que la tiene. A todas las grabaciones les puse la piel.
-¿Pero te molesta que digan que tienes “una marca registrada” o que hablen de un “sonido Calamaro”?
-Yo siento un genuino respeto por todos aquellos que viven de la música o la aman en secreto. Son mis camaradas. No me considero fundador de un estilo. Y siempre estoy muy bien acompañado por talentos extraordinarios.
“Escuché música en inglés y no me importa no haber entendido ni una palabra”
Calamaro vive en tres frentes. Por una parte está el de la masividad absoluta que lo hace llenar escenarios de España, Argentina o México. Por otro lado están sus grabaciones con maestros del tango y flamenco, además de sus colaboraciones con músicos como Juanes, Joaquín Sabina o Fito Páez. Y finalmente están sus aventuras en los estudios de grabación, tanto el casero como el profesional donde graba su nuevo disco.
-¿Qué te atrae de alejarte del formato canción y experimentar en SoundCloud?
-No soy un “fanático religioso” de las letras. Siempre escuche música en inglés y no me importa no haber entendido ni una palabra. Así desarrollamos un sentido sensorial para ofrecernos a la música. Volver a los sonidos rockeros, o al formato canción, siempre es revivalista. Un juego. Y está bien que así lo sea.
Paralelo a los mashups y experimentos de internet, Calamaro tiene un nuevo proyecto en mente. El sucesor de “On the rock” (2010), el disco que lo terminó de reposicionar como un músico que, viniendo de la gran tradición rock/pop argentina, es capaz de pasearse con comodidad por el flamenco, himnos de estadio, rock and roll, bolero y baladas. Algo que promete continuar en “Bohemio”, su nuevo disco que será lanzado este año. Trabajará nuevamente con su compinche, desde los tiempos de Los Abuelos de la Nada, Cachorro López.
-¿Qué nos puedes adelantar del álbum?
-Es un disco sin pose rockera. Va a ser emocionante y un gran disco. Estoy involucrado en las letras. Aunque hoy por hoy, todavía le debo a Cachorro muchas tomas vocales.
-¿Con tantas canciones, como terminas seleccionando el repertorio?
-Las canciones las escribí hacia los márgenes de lo permitido y la moral. Fui prisionero de la música y grabé mucho. Incluidas están canciones, algunas de las cuales presentan perfiles de la realidad. Aquellas eran buenas grabaciones que trabajamos con mi compañero, Guido Nisenson. Hicimos una selección de catorce, y la lleve a mi estimadísimo Cachorro.
-¿Crees que la prensa argentina te toma demasiado en serio en las redes sociales?
-Soy un mal entendido.
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