Daniel Muñoz: entre Allende y Víctor Jara: “El arte puede ser más peligroso que las armas” (11 de septiembre 2013, La Segunda)

La Segunda Digital 3

 

 

 

El actor protagonizará la película de Littin y una serie de TV. Regresa con “Los 80” y adelanta: “Juan se enceguece, casi hasta la demencia”. Aunque podría ser su última temporada: “Estoy un poco agotado”. Y el jueves estrena su nuevo proyecto de cuecas, con tres funciones en el Municipal de Las Condes.

Por J.C. Ramírez Figueroa
A pesar de estar de lleno en los ensayos con su nuevo grupo Los Marujos, las grabaciones de la sexta temporada de “Los 80” y la filmación de “Allende” de Miguel Littin, Daniel Muñoz se toma las cosas con calma.

“Creo que llegué a la madurez actoral, y como persona. Esto es hacer emerger la humanidad. Y siento que lo logré ahora. Hace años estaba acelerado, ahora contemplo… Soy consciente de la muerte y cómo ese final pone las cosas en perspectiva”, dice, sentado en una banca del Parque Balmaceda.

Desde este jueves y hasta el sábado, a las 20 horas, se presentará en el Teatro Municipal de Las Condes con “La cueca y sus parientes”. Su vuelta a los escenarios, tras dejar 3X7 Veintiuna el año pasado. La idea, precisa, es explorar junto a Los Marujos la relación de nuestro baile nacional con otras expresiones afines en Latinoamérica. “Es una celebración espontánea a la música de nuestro continente. Festejar las fronteras abiertas” adelanta el actor y músico, que además editó el disco “Cuecas” (Oveja Negra).

La gente lo saluda, le toma fotos y lo felicitan por su personaje Juan Herrera. La serie vuelve en octubre, ya en 1989, el año del plebiscito. Juan perdió su trabajo y ve como a su esposa Ana (Tamara Acosta) le va excelente captando clientes en una multitienda. Un reflejo de los cambios económicos que experimentaba el país, explica Muñoz. “Juan, por su formación antigua, en vez de hacer equipo con ella, entra en conflicto con esa situación”, dice.

“Juan está obsesionado con lo que perdió. Quiere recuperarlo. Y eso lo hace alejarse de su familia. El convirtió en lo más importante de la vida su negocio. Y sólo se dio cuenta de eso cuando terminó estafado. Tiene que ver con ese Chile donde el que es correcto, ético, decente, está destinado al fracaso. No así los pillos, los vivarachos. Se amarga y sufre una mutación”, adelanta.

“Antes eran los hechos externos los que dañaban a Los Herrera. Ahora son ellos mismos, desde dentro. El eje es la fragilidad de la convivencia familiar. Todas las fisuras, todos los dolores, todo el cansancio, les pega fuerte. Es la resaca de los años anteriores. Y Juan se enceguece, casi hasta la demencia”.

-¿Te gustaría continuar con la serie en los 90?

– Me parece maravilloso que la gente quiera que siga la serie, la tienen atesorada e incorporada. Yo, personalmente, estoy un poco agotado. Podría seguir como “Los herrera”, por ponerle un nombre. Es la historia de Chile contada a través de una familia y los acontecimientos siguen, los personajes crecen…

-Puede seguir, pero estoy cansado. Me gustaría que la serie terminara como el proyecto inicial que fue: Contar los ’80 y cómo nos transformaron a los chilenos en lo que somos ahora.

“Me considero allendista, pero no izquierdista”

El actor comenzará a filmar en octubre “Allende” de Miguel Littin, cinta que debería estrenarse el 2014. Para encarnar al ex Presidente, decidió estudiar a fondo su historia familiar. “Me di cuenta de que no hay que construirlo desde la épica, sino desde sus raíces. Sólo entendiendo de dónde viene, puede emerger el resto. Su familia está marcada por la tragedia, pero también por una pasión por los demás, que permite entender por qué tomó todas sus decisiones”, explica.

-¿Te ayudó en la construcción del personaje la programación alusiva el Golpe?

-Es muy bueno que la figura de Allende se vaya depurando y sanando. Esto, de alguna manera, va a marcar a las personas, para que aprendan a organizarse y plantear otras alternativas para construir nuestro país. Antes ni siquiera se podía hablar de él. Ahora las imágenes muestran objetivamente a un hombre prácticamente solo, enfrentando a todo un ejército. Me gustó mucho “Chile: Imágenes prohibidas” y también el programa de Aldo Schiappacasse.

-Yo me considero Allendista, pero no izquierdista, en el sentido de los partidos políticos tradicionales. Es como definirse cristiano, pero no católico. Me sorprende su sentido de humor y lo deportista que era, además de ser un orador increíble. Por supuesto que era “chicha fresca”, pero es una estupidez reducir su imagen a eso, como lo hacían sus enemigos.

Muñoz también encarnará a Víctor Jara en “Yo no canto por cantar”, una miniserie escrita y codirigida por Mateo Iribarren. Aunque aún no entra a grabar, ya tiene claras varias cosas sobre su personaje. “Se comprobó una vez más que el arte puede llegar a ser más peligroso que las armas. Víctor como Allende son figuras de una potente humanidad, que se oponen al poder establecido, al mercado, a lo anti-humano… por eso son tan trágicas”, explica.

“A él lo quisieron destruir. Físicamente. Pero no lo lograron eliminar, lo que también demuestra el poder de la vida por sobre la violencia. Ambas figuras dialogan con las nuevas generaciones. Algo está pasando. Creo que el próximo año, esto va a terminar decantando en la gente, en los grupos no políticos, en las redes sociales… ¿quien diría que sería la tecnología la que ahora articula las demandas de la gente?”.

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