Llega “Proyecto 1980-2000” la impactante obra que repasa el pasado reciente de Perú (13 de enero 2014, La Segunda)

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por J.C. Ramírez Figueroa

Contar los traumas y desencuentros de un país, a partir de los hijos de los “responsables”, es una apuesta arriesgada, pero que puede resultar muy efectiva. Eso podrá comprobarse esta noche con “Proyecto 1980-2000: El tiempo que heredé”, montaje que debutará hoy, las 19:30 horas, en el Teatro UC (se mantendrá en cartelera hasta el miércoles).

Dirigido por los peruanos Sebastián Rubio y Claudia Tangoa , la pieza nos muestra a cinco jóvenes que crecieron durante el periodo más duro del conflicto armado interno y la corrupción de Perú.

Pero además, ellos son familiares de quienes estuvieron directamente involucrados en los eventos políticos de su país. Desde el hijo de la ex secretaria de Vladimiro Montesinos hasta un militar que participó en la lucha contra Sendero Luminoso. Todos ellos confundidos, acompañados por una línea de tiempo y con una visión distinta de la misma historia.

“La obra plantea la convivencia escénica de 5 jóvenes que vivieron en aristas contrapuestas de nuestra historia reciente. En este punto nos valemos del teatro para plantear a nivel micro, algo que nos gustaría alcanzar a nivel macro”, explica Rubio a La Segunda.

Para el crítico Carlo Trivelli de El Comercio, la premisa de la obra ya es “sobresaliente” y que lo que más llama la atención por la empatía conseguida por los actores para contar la “triste y enrevesada historia” de su país.

“Son cinco jóvenes unidos por un mismo sino: el haber heredado un tiempo atroz que jamás pidieron ni para ellos ni para sus familias”. Y agrega que en la obra se conjugan “la identidad, los estereotipos y las etiquetas, la culpa y la inocencia, la herencia y el derecho a forjar el propio destino”.

El director dice que fue fundamental ver en Chile “El año en que nací”, de Lola Arias, que justamente trabajaba este mismo formato “confesional” pero con protagonistas chilenos, y “Mi vida después”, enfocado en argentinos instaurado en su obra anterior “Mi vida después”.

“Nosotros venimos trabajando hace algún tiempo sobre las biografías de actores y no actores en contextos escénicos. Pero siempre nos encontrábamos con la problemática de establecer un puente más concreto con el espectador. En el 2012 tuve la oportunidad de ver «El Año en que nací» en FITAM. El trabajo de Lola fue muy estimulante e inspirador porque nos planteó este puente, que conecta un grupo de personas con un contexto específico”, señaló, agregando que esta obra va dentro de un acuerdo entre el festival y su equivalente peruano Prom Perú para iniciar un intercambio cultural entre ambos países.

El director de la obra dice que las historias de Chile y Perú están conectadas y eso permitirá conectar con la obra. “Tienen muchos puntos en común relacionados con dictaduras, violencia y desaparecidos. A pesar de que el contexto puede ser otro, creo que entre latinoamericanos nos vemos identificados

“Luego de La Haya, Chile y Perú se sacarán un peso que arrastran por años”

-¿Crees que los hijos son los transmisores naturales de la memoria de un país?

-En el Perú, bajo la premisa del desarrollo económico, se ha optado por no recordar para no remover situaciones incómodas. Yo pienso que crecer sin la conciencia de lo que pasó genera que la historia se repita una y otra vez. Para mí la memoria está en construcción permanente, y si bien es importante lo que nos tocó heredar como generación, es más importante aún lo que haces con ello.

-Pero esto es también una mochila dura de cargar…

-Eso es justamente una de las preguntas que plantea el proyecto. Hasta qué punto llevamos sobre nuestras espaldas la carga histórica de generaciones acumulada. ¿Qué heredamos de nuestros padres? ¿Una característica fisiológica, un patrón de conducta? ¿Una predisposición, una enfermedad? Muchos de los actores han cargado sobre sus espaldas pesos que no les corresponden y lo que plantea el proyecto es por un lado aceptar la historia que nos toco vivir y por otro aprovechar la brecha generacional para tomar una distancia y dar un paso adelante.

-¿Qué fue lo que más les sorprendió de la reacción al montaje en Perú?

La cantidad de jóvenes que se enteraron mediante la obra de hechos trascendentales en la historia del Perú en los últimos 20 años. No me deja de sorprender que en las escuelas no se les enseñe cursos de historia donde se abarque la historia del Perú en los últimos 30 años.

-¿Sientes que el fallo de La Haya es la gran oportunidad para empezar a construir un intercambio cultural más profundo?

-Por supuesto que sí. Creo que lo importante de todo esto es que luego del fallo de La Haya (que afortunadamente los gobiernos han acordado respetar) Chile y Perú se sacarán un peso que arrastran por años y que impide que se profundice una relación armónica entre ambas naciones.

 

La Segunda Digital

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