“Existe ignorancia sobre nuestras costumbres y creencias judías” (15 de septiembre 2015, La Segunda)

En Respirar bajo el agua conecta la deliciosa cosmovisión judaica con una mapuche de cepa.

GU2P6P8T

Por J.C. Ramírez Figueroa 

Una mujer de origen judío. Una empleada de origen mapuche. La amistad entre ambas, que es rota por la muerte de esta última. Ése es el núcleo de la novela “Respirar bajo el agua” (Cuarto Propio), debut de Karen Codner. “Una historia bastante personal”, reconoce esta periodista de la UC y creadora hace 6 años de la Fundación Memoria Viva, cuya misión es registrar, preservar y difundir los testimonios de los sobrevivientes del Holocausto que se albergaron en Chile (ver recuadro).

María Ñancole había trabajado con ella prácticamente una década. Hasta que le dieron una licencia médica y nunca más regresó. “Fue en septiembre, lo recuerdo como hoy. Escribí por la necesidad de expresar un duelo, una gran pérdida. Tal como lo digo en la novela: ella fue una mujer buena”.

Codner estaba escribiendo otra novela -a lápiz y papel- sobre un cincuentón recién separado que viaja a Jerusalén a acompañar a su mamá enferma. Marco Antonio de la Parra le aconsejó centrarse en la historia que la aquejaba primero. “Como bien dice Amos Oz «Todas las historias que he escrito son autobiográficas, ninguna es una confesión». Espero que quede claro este punto, o sea, yo escuché, sentí, olfateé, vi con mis ojos y saboreé cada una de las historias que narro”.

Agradezco a Dios el silencio

-El duelo y la memoria es uno de los temas de fondo.

-Es absolutamente necesario que hablemos de ello, porque la vida misma es la contradicción. Con cada respiro mueres, pero debes seguir viviendo para que al final te acerques a ese día. Al último. Lo que me preocupa no es acercarme a ese fin, sino lo que produce la muerte dentro de la sociedad, pues en ocasiones te conduce al vacío y al quiebre.

La autora dice que también le interesaba reflexionar sobre cómo los occidentales han perdido la capacidad de procesar el dolor.

“Vivimos como máquinas, dormirnos conectados a una red pero no conectados a uno, a las inquietudes y asombros personales, se nos está olvidando que los tiempos congelados son parte indisoluble del ser. De ahí que agradezco a Dios por el silencio, algo tan escaso hoy”.

-Acá describes el mundo judío en Chile, ¿crees que es algo que el resto de los chilenos no (re)conoce aún?

-De acuerdo a mi experiencia he visto que se desconoce absolutamente lo que somos los judíos. Somos parte de la sociedad e igual de chilenos que tú o que la señora que tiene su puesto en La Vega. Pero existe ignorancia sobre nuestras costumbres y creencias. Espero que con esta novela muchos lectores por fin sepan sobre nuestros ritos, forma de vida y algo de nuestra deliciosa cosmovisión. Ojalá que al terminar de leer, la persona reconozca al judío en su diferencia y como un otro que es tan humano como él o ella.

Por eso, la escritora celebra que acá se esté viviendo “una metamorfosis de gran calibre en cuanto a diversidad”. “Hoy los inmigrantes quieren venir a nuestro país y buscan un mejor futuro. En eso me relaciono profundamente, soy la segunda generación que nació aquí, en mis venas todavía corren las historias de un pueblo que ha debido vivir escapando. Sobre todo la de mis abuelos y de tantos conocidos, de esa gran oleada de judíos que llegaron arrancando de la Segunda Guerra Mundial o sobrevivieron a ella, todos venían muy dañados por el horror nazi. Eso es algo que nos marcó, aquí encontramos un tesoro, volvimos a respirar paz.

Memoria Viva:
“Para evitar el olvido”

“Memoria Viva casi nació en paralelo con la novela. Comenzamos, a mediados del 2009, a grabar a los sobrevivientes judíos del Holocausto que se albergaron en Chile. Cada proyecto ha sido una obsesión por la memoria o por evitar el olvido, quizás. Hemos grabado a cerca de 110 personas y este año todavía estamos entrevistando, que más que nada es un encuentro íntimo que emula una sesión con el psiquiatra. Obviamente el ritmo de las grabaciones ha disminuido significativamente por la edad de los sobrevivientes y quedan muy pocos que pueden dar testimonio. Con este material sucede lo mismo que con un libro; si nadie lo lee, está muerto. Estará disponible al público, prontamente”.

link

OV2P6NFI

está muerto. Estará disponible al público, prontamente”.

En Respirar bajo el agua conecta la deliciosa cosmovisión judaica con una mapuche de cepa.

GU2P6P8T

Por J.C. Ramírez Figueroa (15 de septiembre 2015, La Segunda)

Una mujer de origen judío. Una empleada de origen mapuche. La amistad entre ambas, que es rota por la muerte de esta última. Ése es el núcleo de la novela “Respirar bajo el agua” (Cuarto Propio), debut de Karen Codner. “Una historia bastante personal”, reconoce esta periodista de la UC y creadora hace 6 años de la Fundación Memoria Viva, cuya misión es registrar, preservar y difundir los testimonios de los sobrevivientes del Holocausto que se albergaron en Chile (ver recuadro).

María Ñancole había trabajado con ella prácticamente una década. Hasta que le dieron una licencia médica y nunca más regresó. “Fue en septiembre, lo recuerdo como hoy. Escribí por la necesidad de expresar un duelo, una gran pérdida. Tal como lo digo en la novela: ella fue una mujer buena”.

Codner estaba escribiendo otra novela -a lápiz y papel- sobre un cincuentón recién separado que viaja a Jerusalén a acompañar a su mamá enferma. Marco Antonio de la Parra le aconsejó centrarse en la historia que la aquejaba primero. “Como bien dice Amos Oz «Todas las historias que he escrito son autobiográficas, ninguna es una confesión». Espero que quede claro este punto, o sea, yo escuché, sentí, olfateé, vi con mis ojos y saboreé cada una de las historias que narro”.

Agradezco a Dios el silencio

-El duelo y la memoria es uno de los temas de fondo.

-Es absolutamente necesario que hablemos de ello, porque la vida misma es la contradicción. Con cada respiro mueres, pero debes seguir viviendo para que al final te acerques a ese día. Al último. Lo que me preocupa no es acercarme a ese fin, sino lo que produce la muerte dentro de la sociedad, pues en ocasiones te conduce al vacío y al quiebre.

La autora dice que también le interesaba reflexionar sobre cómo los occidentales han perdido la capacidad de procesar el dolor.

“Vivimos como máquinas, dormirnos conectados a una red pero no conectados a uno, a las inquietudes y asombros personales, se nos está olvidando que los tiempos congelados son parte indisoluble del ser. De ahí que agradezco a Dios por el silencio, algo tan escaso hoy”.

-Acá describes el mundo judío en Chile, ¿crees que es algo que el resto de los chilenos no (re)conoce aún?

-De acuerdo a mi experiencia he visto que se desconoce absolutamente lo que somos los judíos. Somos parte de la sociedad e igual de chilenos que tú o que la señora que tiene su puesto en La Vega. Pero existe ignorancia sobre nuestras costumbres y creencias. Espero que con esta novela muchos lectores por fin sepan sobre nuestros ritos, forma de vida y algo de nuestra deliciosa cosmovisión. Ojalá que al terminar de leer, la persona reconozca al judío en su diferencia y como un otro que es tan humano como él o ella.

Por eso, la escritora celebra que acá se esté viviendo “una metamorfosis de gran calibre en cuanto a diversidad”. “Hoy los inmigrantes quieren venir a nuestro país y buscan un mejor futuro. En eso me relaciono profundamente, soy la segunda generación que nació aquí, en mis venas todavía corren las historias de un pueblo que ha debido vivir escapando. Sobre todo la de mis abuelos y de tantos conocidos, de esa gran oleada de judíos que llegaron arrancando de la Segunda Guerra Mundial o sobrevivieron a ella, todos venían muy dañados por el horror nazi. Eso es algo que nos marcó, aquí encontramos un tesoro, volvimos a respirar paz.

Memoria Viva:
“Para evitar el olvido”

“Memoria Viva casi nació en paralelo con la novela. Comenzamos, a mediados del 2009, a grabar a los sobrevivientes judíos del Holocausto que se albergaron en Chile. Cada proyecto ha sido una obsesión por la memoria o por evitar el olvido, quizás. Hemos grabado a cerca de 110 personas y este año todavía estamos entrevistando, que más que nada es un encuentro íntimo que emula una sesión con el psiquiatra. Obviamente el ritmo de las grabaciones ha disminuido significativamente por la edad de los sobrevivientes y quedan muy pocos que pueden dar testimonio. Con este material sucede lo mismo que con un libro; si nadie lo lee, está muerto. Estará disponible al público, prontamente”.

link

OV2P6NFI

está muerto. Estará disponible al público, prontamente”.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s