Con su cámara siguió al artista inglés por el altiplano de Parinacota. El documental se estrenará el 7 de julio en el MNBA.
Por Juan Carlos Ramírez F. (30 de junio de 2017, La Segunda)
Mientras preparaba el documental “Palabras cruzadas” y el libro “La experiencia se vuelve objeto” -como parte de la exposición sobre Gordon Matta-Clark (“Deshacer el Espacio”, MNBA, 2013)-, el productor y realizador Matías Cardone descubrió toda una escena de los ´70 donde diversos artistas “repensaban” la naturaleza y su relación con el ser humano. Gente como Robert Smithson, creador de esculturas en grandes espacios suburbanos; Nancy Holt, autora de los “túneles de sol” que se alinean con el solsticio o Denise Oppenheim, que “decoraba” ciudades como Las Vegas con dos lápices de 14 metros con luces LED.
En el año 2015, junto al curador Pedro Donoso y el artista/museógrafo José Delano, Cardone empezó a planear cómo replicar esto en territorio chileno.
“Mi plan fue registrar en fotografías y videos los perfomances de estos proyectos. Cada uno en su tiempo y con su presupuesto”, explica.
El registro audiovisual formará parte de “Movimiento de tierra. Arte y naturaleza”, exposición colectiva que se inaugurará el 7 de julio en el MNBA.
El proyecto reúne obras del británico Hamish Fulton -una leyenda del género “Walking art”, basado en la intervención efímera de la naturaleza- y los chilenos Cecilia Vicuña, Catalina Correa, Patrick Seeger y Cristián Velasco (ver recuadro).
Caminando desde 1967
Fulton (Londres, 1946) recorrió siente cumbres de volcanes repartidos en el altiplano de Parinacota, acompañado del andinista Gastón Oyarzún. El equipo de Cardone lo estuvo grabando por cuatro días.
“Tiene muy claro lo que quiere”, opina el cineasta. “Él viene caminando desde que terminó la universidad, en 1967. Se define como «artista caminante». Busca un recorrido y se organiza para recorrerlo en un periodo de tiempo determinado. Su andar es donde aparece su arte. Sale de su interior y esto lo plasma en una fotografía o en frases que trabaja en su estudio. Me impacta su conciencia ecológica y su comunión con el entorno. A él no le interesa vender la naturaleza, intervenirla y traer un pedazo de ella a un museo. El trae solo su experiencia”.
Parte del material filmado por Cardone fue incluido en la edición del programa “Cazadores de la luz” (Canal 13 C), emitido el 20 de abril. Ahí Fulton se refirió a su primer encuentro con Chile, en el año 2012, cuando subió el volcán Jorgencal (en la frontera con Bolivia) durante 7 días. Tardó lo mismo en descender. “La elección del número 7 tiene que ver con el artista conceptual Marcel Duchamp que tenía la idea de hacer algo que ya estaba hecho, entonces deliberadamente eliges algo que ya existe como, en mi caso, el número 7”, explicó.
De la experiencia surgieron fotografías en blanco y negro tomadas con una Contax, una vieja cámara de 35 mm. Es que a diferencia de artistas que dejan sus huellas en los paisajes, el inglés los usa como inspiración para crear obras, cuadernos de viaje y registros para inmortalizar una naturaleza viva.
“Soy un artista que hace caminatas, no un caminante que hace arte”, ha aclarado Fulton, quien estudió en la prestigiosa St. Martins School of Art. “Caminar tiene la posibilidad de tocar muchos aspectos de la vida: relajación, ejercicio, meditación, salud; oxigenar el cerebro, transporte, deporte, marchas de protesta pacíficas, arte y mucho más”.
-Carl Sagan decía que “somos la forma en la que el cosmos se conoce a sí mismo”. ¿Nuestro alejamiento de la naturaleza nos tiene adormecidos?
-Cardone: Hoy hay más conciencia de que debemos cuidarla. Ya lo hacen las grandes empresas al tener certificados ecológicos. Ya no se puede contaminar y no pagar un costo social porque el mercadote te castiga. Los jóvenes ya tienen metido esto en su inconsciente. El problema es lograr controlar a todo el sistema de empresas personas que contaminan. Requiere recursos y tiempo.
La apuesta nacional
Arco del Triunfo en La Araucanía
En el MNBA, a la experiencia de Fulton se sumará la acción de Cecilia Vicuña, quien “reactivó” un quipú -el viejo sistema de cuerdas precolombino que funcionaba como registro numérico y de mitos-en el río Maipo. Délano, por su parte, instaló un Arco del Triunfo en plena región de la Araucanía. Steeger creó un observatorio cercano a Ventanas con dirección a las empresas instaladas en la zona costera de Valparaíso. Esto se suma a dos proyectos explotarios en Tunquén y Aysén, a cargo de Velasco y Correa.