La bloguera comenta el humor millennial y por qué le molesta que digan que retrata a los cuicos.
Papás Opus Dei, ex alumna del Villa María y aplicada estudiante de Ingeniería Comercial en la UC. Con esos datos -conocidos desde que se viralizó su blog “Polera de Perro”- quedaría claro el entorno donde se maneja Bernardita Danús Velasco (21). Pero ella odia esas reducciones.
Y aunque se ría de los “zorrones”, sus fiestas, el reggaetón y la obsesión por lo “cuico” en su Twitter, sus columnas para The Clinic o su libro “Polera de Perro” (2016, Planeta), aún le sorprende cómo algunos se han tomado sus textos.
-¿Te molesta que digan que “retratas a los cuicos”?
-¡Sí! Todos los comentarios sobre el libro iban dirigido a lo cuico o un tema de clases. En el fondo, sé que eso es lo que vende en Chile: poner en el titular mi colegio vende más que mi nombre y mi historia. Sé que es así. Pero es mucho más ‘heavy’ de lo que pensaba.
Aunque simpática, es firme para reiterar que lo suyo no es una crítica al cuiquerío. “Ay, no me gusta esta pregunta. Típico que va a salir en el titular onda, «Bernardita Danús: soy cuica y odio Maipú» Una tontera así”. Más seria, explica que en las entrevistas que ha dado la han pillado volando bajo. “Nunca pensé que era tan real que te saquen de contexto o que incluso inventen cosas que dijiste solo para que la gente lea esa mierda. Me fui dando cuenta que vivo en un país mucho más clasista de lo que creía”.
Sus propios padres hicieron fila en la Filsa pasada para que le firmara el libro. “Entre que no entienden nada y están orgullosos. No sé qué pasó, de un día para otro, que lo que escribía casi salía en cadena nacional. Yo, literalmente, escribía en mi cama con doble pera cagada de la risa de lo imbécil que era lo que escribía”.
-¿Y qué piensas del video de la Princesa Alba? Muchos la acusan de ser cuicas riéndose de lo flaite.
-No entendí nada cuando lo vi. No sé qué opinar, honestamente. Tampoco entiendo por qué todos se ríen de ella. Vi tantos comentarios diciéndole gorda y tanta basura que me quise matar.
-¿Por qué?
-Encontré realmente patética la respuesta de la gente en redes sociales. Yo no la conozco, no sé si pretende ser algo que no es o si se burla de alguien, pero tampoco es mi tema. Por lo menos, en su muro ella puso que no está ni ahí con el odio. Eso me tranquiliza.
Nihilismo millennial
Y aunque sus textos han sido celebrados, ella se niega a volverse escritora. “Quiero terminar rápido la carrera. Cuando estudias algo tan fome, eres capaz de sacarte puros 7 y sacar la carrera en dos días con tal de que se acabe”, explica mientras tuitea y defiende a “youtubers” como Vardoc, muy criticado por cobrar para que sus fans lo tengan en WhatsApp o se junten con él. “Es mi entretención los fines de semana ponerme al día con mis ‘youtubers’ favoritos. Muestran sus vidas con lo fome y lo entretenido y eso me gusta mucho”.
-¿Crees que entre tu generación millennial y las anteriores hay una frontera insalvable en cuanto al humor y los códigos?
-Así como insalvable no (se ríe). Somos generaciones que se criaron en mundos nada que ver y eso te forma el sentido del humor. Los ‘millennials’ tenemos un humor muy nihilista porque crecimos en un mundo donde todos son secos y profesionales y uno nunca va a ser así de bueno. Casi que hay que hacer unos 900 posgrados para que te contraten. Los papás no entienden eso. Creen que somos flojos y pajeros porque no tenemos 80 hijos y un trabajo estable a los 24.
-¿Te ha dolido de verdad algún comentario en tu contra?
-Pucha, no. Obvio que nadie me va a creer pero genuinamente me da mucha risa el ‘hate’. De hecho, a veces escribo cosas solo para que me odien y leer comentarios negativos. Me dan mucha risa, no sé. Y al mismo tiempo esa satisfacción de haber escrito algo muy idiota y que sea tan relevante. Me encanta lo que puedo lograr con una columna, por más huevona que sea.
JCRF/ARCHIVOS 