
Por J.C. Ramírez Figueroa
-Si escribes mal de mí, te empujaré a las vías del metro (risas)
-Ah, veo que te gusta House of Cards.
-Mucho.
Esto fue real y sucedió cuando editaba cultura en el vespertino. El autor de la «humorada» fue un diputado de la derecha autodefinida como progresista. Y si me sigue haciendo ruido, es porque esa fascinación de nuestra clase política con la serie siempre me pareció perturbadora y quizá ayude a entender la maldad subyacente en las confusas decisiones del gobierno en pandemia.
También tengo claro que The Politician difícilmente será citada por estos señores y señoras, no sólo porque es mucho más luminosa (aunque sus protagonistas, curiosamente todos demócratas, gocen creyéndose estar en el lado oscuro), sino porque funciona como una sátira de la alta política con su repertorio de trampas, golpes bajos, conspiraciones de pacotilla y la mediación de la prensa, por supuesto.