A través de un intenso lobby, el presidente chileno intentó hacer fracasar la reforma que abriría el camino para terminar con un modelo que permite a los privados invertir en el mercado global con el dinero destinado a las pensiones.

Por J.C. Ramírez Figueroa
Una foto se viralizaba anoche en las redes sociales chilenas: era el Palacio de La Moneda en penumbras y las ventanas del segundo piso con la luz encendida. Allí se divisaba al presidente Sebastián Piñera reunido con el ministro del interior Gonzalo Blumel y el jefe de asesores de la presidencia (y activo funcionario de la Dictadura de Pinochet) Cristián Larroulet. En esos momentos la Cámara de Diputados aprobaba por 95 votos a favor, 25 en contra y 31 abstenciones, la idea de legislar el retiro del 10 por ciento del dinero de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).