
Cuando la realidad es demasiado agobiante, el cine —o las series— permiten alejar el malestar. Pero cuando no sabemos bien las causas del tormento, es una especie de tela en blanco donde proyectamos nuestros traumas, rollos y asuntos sin resolver. Eso creía el psiquiatra Serge Tisseron para explicar el éxito de Amelie y la saga de Harry Potter o Señor de Los Anillos en los ya lejanísimos 2000.
Por lo mismo, acá recomiendo tres obras que están dando vueltas en internet y que, permitirían no proyectar nuestros traumas (supongo), pero si al menos aliviarnos un poco de esta realidad feroz.