Hace un año comenzó un movimiento social sin precedentes en la historia reciente del país trasandino que, tras una sangrienta represión y la tozudez del gobierno de Piñera, terminó llevando a referéndum la Carta Magna de Pinochet. Al final de la tarde, encapuchados comenzaron a armar barricadas y generar desmanes sin que la policía interviniera.
Por J.C Ramírez Figueroa
Ni la pandemia, ni la represión policial que terminó hace dos semanas con un chico lanzado al río Mapocho ni los llamados del gobierno a “ser responsables” ante el plebiscito del 25 del octubre —donde se decidirá cambiar la Constitución establecida por Pinochet en 1980— impidieron que se llenara esta tarde el sector de Plaza Italia, histórico centro de protestas y manifestaciones en Santiago de Chile.