El académico Salazar reconoce que el estallido social fue un hito en su país y la constituyente es sólo un paso hacia un proceso donde el pueblo gobierne desde abajo.
Por J.C. Ramírez Figueroa
Gabriel Salazar (1936) ha experimentado en primera persona la convulsionada historia reciente de Chile. Militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) en los setenta, prisionero político y exiliado, se ha transformado en uno de los académicos más respetados del país sobre todo por su trabajo crítico de la elite política y que pone en valor a obreros, niños y la clase baja en general. La misma que, dice, ha puesto en jaque el orden político manejado por la elite desde los inicios de la República.